La alimentación actual parte de un concepto totalmente anticuado en cuanto a la ingesta de calorías.
Hoy día seguimos ingiriendo alimentos lo mismo que hace 100 años cuando la mayor parte de la población se dedicaba a trabajos que necesitaban un gran esfuerzo físico en los que se necesitaban un mínimo de 3.000 calorías diarias para mantener la actividad corporal.
Sin embargo, la sociedad actual es básicamente sedentaria, en el domicilio, en el trayecto al trabajo y en éste estamos sentados, por lo que nuestro cuerpo necesita muchísimas menos calorías para mantener activo su maquinaria.
Si a eso le sumamos que vivimos en una sociedad donde agresivas campañas de marketing nos inducen a consumir productos de todo tipo ricos en grasas (comida basura, bebidas alcohólicas, refrescos azucarados, pastelería industrial dirigida principalmente al mundo infantil con productos que contienen mas del 70% en grasas, etc…) hace que aumenten de manera desmesurada la ingesta de calorías diariamente, muy superior a la que realmente necesitamos.
Y ello sin olvidar la mayor propensión al cáncer y los efectos colaterales de este tipo de alimentación, aumento de colesterol, glucosa, ácido úrico, triglicéridos, etc… que acaban por pasar factura a nuestra salud.
Por tanto, de nada valen las dietas que se realizan de modo temporal, durante unas semanas o unos meses si después volvemos al consumo masivo de calorías. La única solución efectiva es EL CAMBIO ALIMENTARIO DE POR VIDA, utilizando una dieta donde no pasemos hambre, a la vez que aporte todos los nutrientes necesarios de un modo equilibrado. Buen ejemplo de ello es la DIETA MEDITERRÁNEA.
Si después de leer lo anterior te sientes con ánimos para empezar la formación para modificar tu cambio alimentario, te aconsejo que leas con detenimiento el siguiente curso basado en la dieta anterior.
Te ayudará a convencerte y sobre todo señala las pautas para que ese cambio se haga realidad.
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