
Ingredientes
- 5 huevos
- ½ vaso de leche
- 150 g de queso gruyère rallado
- 100 g de requesón
- 8-10 espárragos verdes
- Tomatitos cherry al gusto
- 1 berenjena
- 1 cebolla blanca
- 1 puerro
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
Elaboración
- Corta la cebolla y el puerro en juliana fina y sofríelos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva durante 2-3 minutos, hasta que se ablanden.
- Incorpora la berenjena en tiras y los espárragos, reservando las puntas. Cocina 2-3 minutos más, salpimenta al gusto y pasa la mezcla a una fuente de horno.
- En un bol, bate los huevos. Añade el queso gruyère rallado, el requesón, la leche y un toque de sal y pimienta. Mezcla bien hasta integrar y vierte sobre las verduras.
- Coloca por encima los tomates cherry cortados por la mitad, haz lo mismo con las tiras de berenjena y las puntas de los espárragos. Hornea a 180 ºC durante unos 25 minutos o hasta que el pastel esté cuajado y dorado en la superficie.
Notas
- Sofríe las verduras lo justo para que queden tiernas sin perder firmeza; así no soltarán demasiada agua en el horno y la textura será más agradable al paladar.
- Controla la acuosidad de la berenjena. Sí, ya sabemos que este consejo «a priori» puede sonarte un poco raro, pero es muy importante que lo tengas en cuenta si quieres un buen resultado. Un truco que nunca falla es dejarla unos minutos en reposo con sal para que pierda líquido antes de cocinarla.
- El queso gruyère recién rallado en casa se funde mejor y aporta un sabor más intenso y natural que el envasado (¡nada que ver, haznos caso!).
- Un requesón mal escurrido puede arruinar la receta entera, aguando la mezcla. Así que, ya sabes, aprieta bien hasta que no quede nada de líquido: queremos cremosidad, no humedad.
- Bate los huevos con mimo hasta que estén espumosos, antes de añadir el resto de ingredientes. De esta forma el pastel tendrá una textura más ligera