Mi huerto en una mañana de domingo

Ejercicio: Tenemos que contar una historia donde se describa alguna parte de la ciudad (Torrejón o Madrid) durante un domingo. Vamos a intentar detenernos mucho en las descripciones y tratando de usar todos los sentidos (olor, vista, oído, gusto y tacto). Hablemos de lugares específicos, de calles, etc.

TÍTULO: MI HUERTO EN UNA MAÑANA DE DOMINGO

Como todos sabéis tengo un pequeño huerto y los domingos por la mañana suelen ser un día especial. Me gusta ir temprano, cuando abren las puertas a las 9 de la mañana, hora en la que ya somos muchos los hortelanos que estamos esperando impacientes por empezar la jornada.

Con paso ligero y entusiasmado, te adentras en tu pequeño paraíso verde, listo para enfrentar las divertidas y curiosas situaciones que te aguardan entre las plantas, los animales y los caprichos de la naturaleza.

Al llegar, una escena digna de una comedia te recibe: dos gatos descarados y hambrientos te reciben con maullidos estridentes y miradas suplicantes, recordándote que eres su proveedor de manjares a cambio de librarte de los roedores que acechan en las sombras. Con una sonrisa cómplice, les das de comer, agradecido por su eterna compañía y su peculiar sentido del humor felino.

Tu primera tarea del día es enfrentarte a los escarabajos voraces que amenazan con devorar las hojas de tus adoradas patatas. Sin embargo, te ves en un aprieto hilarante al notar la presencia de tu vecina, la hortelana ecologista y animalista que considera un crimen matarlos, aunque eso suponga disminuir la producción de patatas y cuya mirada de desaprobación te hace replantear tu estrategia defensiva. ¡Ah, la eterna lucha entre la cosecha y la conciencia ecológica!

Una vez que te has cepillado a todos los bichos que comen con parsimonia, te lanzas a la batalla contra las malas hierbas que invaden tu territorio verde, desatando una guerra silenciosa, pero divertida que, como no, despierta la curiosidad y la crítica de tu vecina, quien te mira con ojos inquisitivos y una pizca de desaprobación. Un día me dijo:¿si la naturaleza crea a las malas hierbas porque arrancarlas? Claro, a partir de entonces comprendí por qué su huerto parecía más una parcela del Amazonas ¡Nunca una batalla contra las malas hierbas fue tan entretenida y surrealista!

Entre risas y bromas, te dedicas a entutorar con esmero los tomates rebeldes y a recolectar con alegría los preciados espárragos, mientras compites con tus amigos hortelanos en una pugna de orgullo y vanidad vegetal. ¡Quién diría que unas plantas podrían generar tanta emoción y rivalidad!

A medida que enredas entre las plantas los perfumes vegetales que desprenden cada una de ellas te inundan con placidez tus sentidos. Vamos me rio de yo de quien usa Chanel n.º 5.

A media mañana, llega el esperado momento del «tentempié», siempre hay unas chacinas ibéricas que llevarse a la boca y las eternas discusiones sobre cuál es la mejor cerveza,  y te regocijas pensando en la simplicidad de los desayunos valencianos en contraste con esos festines hortícolas dignos de reyes y reinas del campo.

Con mucha retranca intentas persuadir a tus amigos y familiares para que se unan a tus extravagantes sesiones de gimnasia con tu personal training de nombre “Azada”, pero descubres con diversión que prefieren mantenerse al margen de tus locuras físicas, ¡aunque siempre estén dispuestos a disfrutar de los deliciosos manjares que generosamente les ofreces, desde tomates jugosos hasta berenjenas tiernas y cebollas saludables! ¡Qué jodidos son, pero cuánto los quieres y los aprecias por su amor incondicional hacia tus excentricidades hortícolas!

La vida en tu huerto de ocio en el Caserío del Henares es una mezcla perfecta de diversión, amistad, naturaleza y deliciosa locura que te llena de alegría y gratitud en cada domingo soleado.

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