
Asentado en una impresionante peña cortada, Arcos de la Frontera es uno de los Pueblos Blancos más pintorescos de Cádiz. Paseando por su casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, el visitante descubrirá rincones únicos que le trasladarán al pasado árabe de esta villa gaditana.
Las vistas desde sus miradores al río Guadalete ofrecen una estampa del municipio de singular belleza y son uno de sus principales atractivos turísticos, aunque no el único.
Puerta de entrada a la Ruta de los Pueblos Blancos, Arcos está considerado uno de los pueblos más bellos de España. Existen huellas de sus primeros pobladores prehistóricos y romanos en el yacimiento de la Sierra de Aznar, pero a quien debe la ciudad su impronta y actual fisonomía es a la cultura musulmana.
A través de estrechísimas y empinadas calles y bajo antiguos arcos, el visitante se aproxima a su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico, donde se conservan joyas monumentales como el castillo de los Duques (s. XV), la Puerta de Matrera (ss. XI-XIV) y los restos del recinto amurallado, sus palacios y casas señoriales, la basílica de Santa María, la iglesia de San Pedro, además de numerosos templos, capillas y conventos.