
Briones pertenece al selecto club de los Pueblos más bonitos de España y es uno de los destinos preferidos para los amantes de un turismo rural donde naturaleza, cultura y vino son protagonistas.
UNA HISTORIA LLENA DE INTRIGAS
Briones se encuentra en el corazón de la famosa Sierra de la Demanda, lugar donde se ubican grandes cunas del vino como Haro y San Vicente de la Sonsierra. Tierra de viñedos, de aire limpio y de pequeños pueblos medievales que vivieron intensamente la unificación tras la Reconquista.

Siendo frontera natural entre el reino de Castilla y el de Navarra, Briones estuvo en el punto de mira tras ser repoblada por los cristianos. Con el asesinato de Sancho II, Briones pasaría a manos de su hermano Alfonso VI (el rey del Cid), que se haría con Castilla y La Rioja, quedando cedida a la Casa de Haro.
Es a partir de este momento cuando la cuenca del Ebro comienza a fortificarse, ya que la corona quería conservar estas tierras tan ricas y de posiciones tan estratégicas.
Es precisamente esa muralla uno de los principales atractivos de Briones, una pequeña ciudad que ha pasado por muchas manos hasta acabar en las de los Duques de Osuna, que se encargarían de su guarda durante unos cuantos siglos y dejarían una huella notable en sus calles.
Al igual que sucede en otras ciudades medievales, la muralla se construyó sobre una antigua, y de las seis puertas que existían se conservan dos: La Puerta de la Media Luna y la Puerta de la Villa.
UNA PEQUEÑA CIUDAD DE PALACIOS
La hoja de ruta en Briones se dibuja a través de calles empedradas que han visto pasar el tiempo bajo la atenta mirada de majestuosos palacetes y un buen ramillete de iglesias, que le han hecho valer la categoría de Conjunto Artístico desde el año 1973.

Lo suyo es ir por libre, incluso intentando seguir la estela de lo que fue en su día la muralla desde la calle Mayor y hasta llegar a la plaza de España.
De camino a la plaza del Ayuntamiento y siguiendo la muralla, se encuentran dos de los palacetes más bonitos de la ciudad: el Palacio de los Quincoces, del siglo XVI, y el de Gadea, del siglo XVIII, en un increíble estado de conservación.
Se puede llegar hasta los restos de lo que fue el castillo de Briones, cuyos restos son visibles en la Torre del homenaje, actualmente en ruinas pero que ofrece una de las vistas más hermosas de la Sierra de la Demanda hasta donde alcanza la vista.
Al llegar a la plaza, nos encontramos con el magnífico Palacio de los Marqueses de San Nicolás, una construcción palaciega del siglo XVIII que actualmente es sede del Ayuntamiento y del Museo Etnográfico de la Casa Encantada, un paseo por la historia del pueblo que desgrana las costumbres de otros tiempos y que permite que el saber y la cultura popular no se pierda con el paso de los años.
En una de las esquinas de la plaza se ubica una de las casas más queridas por los brioneros, la que llaman “La Casona”. Posiblemente sea uno de los edificios más antiguos y bien conservados de La Rioja, pues esta peculiar casa de piedra y madera **data del siglo XVI **y es parada fotográfica obligatoria.

Briones tiene varios templos de interés turístico aunque son dos los de obligada visita. Por un lado, la Ermita del Cristo de los Remedios, que data del siglo XVIII y en su interior se puede contemplar tres retablos de estilo rococó espectaculares.
Por otro lado la Iglesia de la Asunción, ubicada en la misma plaza. Este templo gótico isabelino del siglo XVI fue declarado Bien de Interés Cultural en 1981 y casi parece una catedral en miniatura. En su interior se encuentra un impresionante órgano barroco del siglo XVII.
COCINA DE VID Y SARMIENTO
Estamos en tierra de cocina con sarmiento, de asado y maridajes con unos vinos espectaculares que nacen de cepas centenarias y mucha dedicación por parte de familias enteras, que en los sótanos de sus casas esconden bodegas. Tal es la importancia de la cultura del vino que en Briones se puede visitar un museo dedicado en exclusiva a esta joya de nuestra gastronomía.
Se trata del Museo Vivanco de la Cultura del Vino, reconocido como uno de los mejores del mundo y una de las visitas obligadas en la escapada a Briones.

En el museo se hace un recorrido por la importancia del vino en nuestro país, su elaboración y proyección no sin hacer parada en una buena cata que preceda a una comida en su restaurante. Lugar perfecto para descubrir las patatas a la riojana o su lechazo o relajarse en el gastrobar de la terraza con una buena copa de vino, mientras se disfruta de una preciosa vista a los viñedos.
Otra de las grandes opciones para comer en Briones se encuentra en el Restaurante Los 4 Arcos (Cerca de las Cuarenta, 2), verdadero templo de las chuletillas al sarmiento, de la morcilla y del solomillo. Aquí no hay que olvidar probar su tarta de queso casera, consejo de amigo.
Incluso existe la posibilidad de comer en unas bodegas del siglo XVII, más concretamente en el restaurante Los Calaos de Briones (San Juan, 13), un restaurante que se ha excavado literalmente en la roca y que desde 2004 ofrece cocina tradicional riojana tratada con mimo y esmero.

Y ADEMÁS…
Briones se encuentra en un entorno natural fascinante. Desde la localidad hay diversos caminos que recorren parte de la orilla del Ebro y que permiten disfrutar de un paisaje salpicado de viñedos y naturaleza en estado puro. Todas las vías están preparadas para senderismo y ruta en bicicleta.
El tercer fin de semana de junio se celebran en Briones sus conocidas Jornadas Medievales, una fiesta de Interés Turístico Nacional que atrae a curiosos de todas las partes del país. Por desgracia, hace un par de días comunicaron que este año tampoco se pueden celebrar por la pandemia.
Si hay careta en el restaurante al que vayáis, no dudéis en probarla.