
Cuentan que cuando le mostraron las imágenes del castillo de Cardona, Orson Welles no lo dudó. Aquella fortaleza de gruesas murallas y baluartes poderosos sobre el cerro del valle del río Cardener le pareció perfecta para rodar Campanadas a medianoche, ambientada en la Inglaterra del siglo XV. Hoy es un Parador Nacional que sigue transportando al viajero a otros tiempos. De estilo románico y gótico, es uno de los mayores castillos de Cataluña.
Cardona creció alrededor de un enorme domo subterráneo de sal sódica y potásica que fascinó en su día a Marco Porcio Catón por crecer a medida que se extraía sal. Hoy, el Parque Cultural de la Montaña de Sal propone un recorrido por las antiguas instalaciones y permite internarse a 86 m de profundidad, al encuentro del espectáculo geológico de la sal cristalizada. Los portales de las casas nobiliarias del centro histórico son representativas de la bonanza que vivió la localidad gracias al tesoro salado.