Rupit i Pruit (Barcelona)

Rupit i Pruit, Barcelona

Siguiendo la carretera, las paredes verticales de la región del Collsacabra preceden a la visión del campanario de la iglesia de Sant Miquel, que sobresale en la silueta de este pueblo de origen medieval, enclavado en un altiplano tapizado de hayedos. El primer aviso de su singularidad es su acceso tradicional, a través de un puente colgante de madera que solo admite a 10 personas a la vez. Se diría que el propio puente es una metáfora perfecta del municipio, que surgió de unir Rupit y Pruit en 1977. La piedra domina en la villa, confiriéndole un encanto especial. 

No hay que obsesionarse con seguir un rumbo determinado, es preferible deambular a partir de la calle Barbacana, que funciona como eje vertebrador del pueblo. Se va al encuentro de la antigua herrería, de la casa del boticario o de la notaría Soler, ejemplos los tres de casas con solera. En algún momento, habrá que dirigirse a la plaza Mayor, auténtico centro neurálgico, pasando antes por la Iglesia de Sant Andreu Rupit i Pruit y por la empinada Calle del Fossar, en la que se concen­tra toda la potencia fotogénica del pueblo.