Ser sincero y no morir en el intento

La mentira es la mayor fuente de estrés de todo el mundo. La mentira nos mata a todos».

Para la mayoría de las personas-excluyendo al psicópata-, la mentira es estresante y esa es la razón por la que funciona el detector de mentiras. Cuando ocultamos una parte de nosotros mismos, cuando mentimos acerca de la manera en que nos sentimos, el estrés normalmente asociado con el hecho de mentir se suma al proveniente de reprimir nuestras emociones. A la inversa, cuando reconocemos cómo nos sentimos -ante  nosotros mismos y ante los demás- sentiremos la calma que acompaña naturalmente a la sinceridad, la liberación y el relax que provienen de aceptarnos a nosotros mismos como seres humanos.

Por otra parte, la sociedad actual  nos obliga  a «comunicar el fondo, pero guardando las formas», la mayoría de la gente tiene que vivir «tras una máscara» al menos durante una parte del día: los requisitos más elementales de la cortesía  hacen  que muchas veces tengamos que reprimir nuestras emociones, ya sean de rabia, frustración o entusiasmo.

Tanto si tenemos que disimular nuestros sentimientos durante la mayor parte del día (porque trabajamos de cara al público) o solo durante cierto tiempo (cuando interactuamos con otras personas, como tiene que hacer normalmente todo el mundo), la solución a este problema está en saber encontrar lo que Brian Little llama el «espacio de recuperación», que puede ser un momento para compartir lo que sentimos con un amigo de confianza, un diario personal donde escribir lo que pensamos o, simplemente, unos instantes que podamos pasar solos en nuestra habitación.

Dependiendo de cada cual, hay personas a las que les bastan diez minutos para recuperarse de la depresión emocional, mientras que otras pueden necesitar mucho más tiempo. Lo importante es ser sincero con uno mismo durante ese período de recuperación, procurar no fingir ni ocultar nada, permitirse sentir las emociones que surjan.

Por otra parte, hay que recordar  que  no  estamos obligados a sincerarnos en todo momento, tener muy presente que ser sincero no es decir siempre todo lo que se piensa sino en no decir nunca lo contrario de lo que se piensa.

Es bueno tener en cuenta que uno es rehén de sus palabras y dueño de sus silencios, así que tenemos que saber administrar nuestra sinceridad, tengamos muy presente lo dicho anteriormente sobre nuestro «espacio de recuperación».

Si eres de los que tienen la necesidad de sincerarse  en todo momento, te recomiendo leer la siguiente reflexión:

Decir lo que se piensa o mantener la boquita cerrada

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