Arroz con judías y nabos

INGREDIENTES

– 500 gr. de arroz tipo bomba
– 250 gr. de fesols (alubias blancas o pintas. Lo clásico es que – sean blancas)
– 400 gr. de garreta ( jarrete)
– 1 pie y 1 oreja de cerdo frescos
– 200 gr. de cansalà (tocino salado entreverado)
– 2 blanquets (Es una longaniza de magro de cerdo y tocino que al no llevar sangre resulta blanquecina)
– 2 morcillas negras de cebolla
– 6 u 8 napicol (nabo pequeño)) El napicol puede ser grande y entonces no se ponen tantos
– Pimentón dulce
– Un tomate maduro
– Unas hebras de azafrán

 

PREPARACIÓN

Poner a cocer en una olla o puchero, con tres litros de agua fría y poca cantidad de sal, los fesols (que se habrán puesto a remojo la noche anterior) el jarrete, la mano, la oreja de cerdo y la cansala, cociéndolo todo a fuego lento. A mitad cocción o más, introducimos los blanquets, las morcillas y los naps cortados en dos o tres pedazos (dependiendo de su tamaño pueden ser enteros).

Cuando se observe que el jarrete, pata y oreja de cerdo, así como el resto de elementos procedentes del cerdo están cocidos, se deben sacar, ponerlos en un plato para posteriormente volverlos a introducir con el arroz. El sacarlos es para evitar que una vez cocidos se puedan deshacer También se debe sacar el napicol si está cocido.

Cuando se saquen estás piezas, rectifica de sal, pon un poco de azafrán machacado lo que se consigue mejor, si las hebras de este, se ponen cerca del fuego envueltas en un papel de aluminio a que se tuesten un poco, finalmente el pimentón mezclado con el tomate rallado que habremos sofrito con un poco de aceite y a continuación se echa el arroz y las piezas que teníamos apartadas en un plato.

 

Nota:

Este es uno de los arroces mas famosos y apreciados de todo el levante español, conocido en su lengua vernácula como «Arròs amb fesols y naps»

Hay que calcular bien el caldo para que el arroz no quede seco. No es lo mejor, pero podemos tener agua caliente a parte, por si hubiera que añadirla al caldo. Este arroz debe quedar meloso y no caldoso. La diferencia estriba en que en el arroz meloso hay que comerlo casi inmediatamente de que te lo sirvan porque sino el arroz absorbe el caldo y queda un arroz un tanto amazacotado.

El arroz una vez servido apenas debe reposar un momento en los platos pero sin pasarse de tiempo por los motivos arriba indicados. Solo el justo para comer todos juntos.

Por sus calorías y los elementos que intervienen en su confección es un plato propio del invierno o cuando menos, de tiempo en que hace frío