Ochagavía (Navarra)

Ochagavía, Navarra

A vista de águila, Ochagavía parece un pequeño embalse de tejados marrones y fachadas blancas estancado en un valle de verdes pinos y hayas. Ya a pie de calle se confirman la sospechas: este pueblo es la postal perfecta que sintetiza el Pirineo navarro. La ermita románica de Muskilda del siglo XII, a la que se asciende en una caminata de 4 km, parece contemplar, indulgente, la belleza del pueblo que, cada 8 de septiembre, celebra una romería en su honor. Pocos días antes, la villa entera se transforma. En lo que parece un auténtico viaje en el tiempo, sus habitantes convenientemente ataviados reproducen oficios desaparecidos y el estilo de vida que se llevaba en estas calles un siglo atrás. 

Situada a escasos kilómetros de la frontera francesa, las empinadas calles de esta localidad navarra ponen a prueba las piernas de cualquier visitante que se aventure a descubrir el centro histórico, entre el que se encuentran palacios medievales y casas blasonadas. Como si de un espejo se tratara, el río Anduña devuelve la imagen de las viviendas tradicionales que caracterizan Ochagavía. Y su topónimo también refleja la naturaleza y el entorno salvaje entre el que esta villa ha prosperado: Otsa-gabia, nido de lobos.