Todos al paro

Última hora. El Gobierno da el visto bueno a la nueva ley de reportajes fotográficos auspiciada por el Obispado General y extensible a toda la comunidad religiosa a partir del próximo mes de septiembre, según la cual, en las bodas, bautizos, comuniones, confirmaciones y demás actos litúrgicos que se realicen en los templos católicos (iglesias, parroquias, capillas, ermitas, conventos, monasterios y anexos), todas las fotografías serán realizadas por los monaguillos. En principio, dada la bisoñez del personal y hasta que consigan el bagaje suficiente en materia fotográfica, tan solo se cobrará una cuota inicial, consistente en el 50% del presupuesto previsto por un fotógrafo profesional de toda la vida.

A partir de los treinta días siguientes, tiempo en el que se considera que adquirirían el conocimiento suficiente para realizar las fotografías con solvencia, el pago sería completo, nunca más del 75% del presupuesto tipo. Esta medida llega a toda la ciudadanía entre gran expectación y alegría, ya que se logran dos objetivos largamente anhelados por todos. Por una parte, la salud mental aumentará en gran medida, ya que desaparecerán los quebraderos de cabeza producidos por la búsqueda de un fotógrafo que cubra el evento; por otro, desde el punto de vista económico, el ahorro será sustancial, al menos un 25%, cantidad nada despreciable en la factura final.

En tanto los monaguillos adquieren la suficiente destreza con la cámara, en el tiempo estimado, se autoriza a los familiares de primer y segundo grado de los protagonistas el uso de móviles y tabletas, nunca cámaras de ningún tipo, a realizar capturas sin moverse de su ubicación, para no desvirtuar la ceremonia en curso. Pasado este tiempo de aprendizaje monaguístico, los móviles se depositarán, desconectados, en taquillas ubicadas a las entradas de los templos con el fin de no adulterar la esencia de la celebración. La cuota de este depósito será de tres euros por móvil, cantidad que será destinada, en principio, a actualizar los equipos fotográficos utilizados por los acólitos.

Por otra parte, el Ministerio ha prometido que para aliviar los apuros económicos que pudieran surgir a la comunidad fotográfica, tras la debacle del DNI, se les autorizará a ejercer las labores propias de policía, los fines de semana y festivos, en sus comunidades respectivas. Todo ello de forma inmediata, ya que, tras un exhaustivo estudio, se ha determinado que para dar porrazos no hace falta una preparación especial. Los honorarios por esta labor “policial” correrán a cargo de los presupuestos de los consistorios correspondientes.

Los que, por su edad, estuvieran impedidos y no pudieran echar mano de sus cámaras para utilizarlas como defensas tendrán la prerrogativa de recibir las denuncias de los ciudadanos y cursarlas a sus compañeros operativos. Medida muy acertada por parte del Ministerio del Interior ya que aliviará en gran medida la falta de personal en los cuerpos policiales, que, por otra parte, podrán dedicarse, con más libertad, a las tareas que en la actualidad ya ejercen apurados de tiempo, ya sea como taxistas, porteros de discoteca, fotógrafos de bodas, etc.

Ya se están estudiando variantes en los restaurantes y complejos de boda para que sean los camareros los que realicen las fotografías. Todo un alivio para el consumidor.

La comunidad médica se moviliza. Se está planteando que los fotógrafos que queden en paro, tras las medidas del Gobierno, puedan hacer un máster en Medicina, en la misma academia donde lo cursó el propio presidente, de corta duración y eficacia. Total, alegan los profesionales de la medicina, para poder predecir los infectados, infectadas e infectades con virus venideros, muy mal lo tienen que tener para que el margen de error sea superior al calculado en otras ocasiones por las autoridades competentes.

Recuerden también que, a partir del periodo estival próximo, cualquier persona puede solicitar plaza de ministro interino, en la especialidad que mejor le convenga a cada cual. Con ello se aliviará, en gran medida, la carga laboral de los ministerios, para que puedan tocarse las pelotas, pelotos, pelotes, chochos, chochas y choches con mayor deleite.

Se ruega, dada la maleabilidad de las competencias laborales, incluido el presente escrito, que todo aquel que tenga algo que aportar, pues que lo ponga, coño. No todo va a ser follar.

Manuel Nieves. Fotógrafo

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