INGREDIENTES
(Para dos personas)
- 2 rebanadas de pan de hogaza o molde
- 2 lonchas de jamón asado
- 2 huevos frescos
- Sal
- Pimienta
Para la salsa holandesa:
- 1 yema de huevo
- 1 cucharada de zumo de limón
- 1/2 cucharada de agua fría
- Una pizca de sal
- 50 g de mantequilla
- Sal y pimienta blanca
- Vinagre de vino blanco
PREPARAR LA SALSA HOLANDESA
- Fundir la mantequilla sin que hierva y resérvala.
- Añade poco a poco la mantequilla clarificada sin dejar de batir.
- En un recipiente al baño maría coloca las yemas con el vinagre y unas gotas de zumo de limón y bate con una varilla hasta que empiece a espumar.
- Añade el punto de sal y de pimienta blanca y utiliza inmediatamente.
PREPARAR LOS HUEVOS
Los huevos benedictinos no dejan de ser unos huevos escalfados y técnicas para hacerlos hay muchas. Particularmente la que más me gusta es la que sigo para los huevos en flor:
- Colocar 4 porciones de papel film sobre 4 boles de base amplia y engrasar con un poco de aceite.
- Poner 1 huevo en el interior de cada una y sazonar. Envolver cada huevo, cerrar con una cuerda y cocer en agua hirviendo durante 4 minutos.
MONTAR EL PLATO
- Tostar el pan.
- Untar un poco de salsa sobre el pan, colocar una loncha de jamón sobre cada uno y encima el huevo escalfado. Espolvorear con sal y pimienta.
- Regar con la salsa a discreción.
- La salsa enseguida se espesará al solidificarse parte de la mantequilla que hay en ella: es mejor comerla toda enseguida y no conservarla ni en la nevera (se cortará) ni a temperatura ambiente (cuidado con la salmonela).
Notas:
Para conseguir un huevo escalfado perfecto, con su clara y su yema unidas en una forma compacta y no en un revoltijo, tenemos que usar huevos frescos, si son recién puestos por la gallina mejor que mejor. Como semejante frescura no está al alcance de todos, se puede usar un truco genial: colar el huevo. Se casca encima de una espumadera con agujeros o un colador, dejando caer la parte de clara más aguada y conservando la más consistente junto a la yema. Después a prepararlos con cualquiera de las técnicas que existen para escalfar o pochar los huevos.
Los huevos Benedictine se hacen normalmente con jamón cocido, pero del bueno y pasado una miaja por la plancha para que no esté frío. Pero también pueden usarse otros ingredientes como el salmón ( en este caso se conocen como huevos Hemingway o Atlantic), o el bacón crujiente.
Este tipo de plato se ha puesto de moda con la llegada a los hoteles de los desayunos tardíos conocidos como brunch que nació en 1896 para describir el desayuno tardío de los ingleses más parranderos en un domingo de resaca. Incomprensiblemente, algo tan sencillo y antiguo se ha convertido en epítome del pijerío culinario de las grandes ciudades: un menú de media mañana que cuesta un ojo de la cara e incluye zumo, cóctel, dulces, tostadas y hasta champán. Y siempre, siempre, siempre, huevos benedictinos.
Si quieres entrar directamente en el paraíso te recomiendo los huevos en flor con foie y trufas, plato digno de empezar una comida con motivo de alguna ocasión especial, cuya receta encontrarás pulsando sobre el link o en la sección GASTRONOMÍA / Recetas / Huevos.
Ha ver cuando nos invitas
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buenísimo lo probaré ya mismo felicidades
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Gracias Pedro. Tiene buena pinta
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